Extracto modificado de fotografía. Raven Macabre
Hubo un ardor - en azul fuego - horneando tus ojos
y el rojo carmín te inundaba los labios
con el color de las manzanas en primavera.
Liberaste tu pelo a competir con el oscuro viento
y cada hebra tuya era una brisa de dedos largos
cuando una sonrisa era blanco estandarte y bandera.
Pero los tiempos cambiaron
y se hicieron tus pechos - del acero - esclavos;
Y en tus manos, antaño melodía acariciadora,
nacieron por dinero zarpas inquisidoras
cuando tu risa se tornó dentellada vendida a medida
de tu ganancia postrera.
Medias de seda, bolso de piel de vergüenza
y las ganas ahogadas en el fondo de un vaso
uniforman tu asco, nacido desde la misma garganta
donde un collar te reclama como perra del que quiera.
Nunca has vuelto a ser tú bajo las pinturas de guerra
y ya no compites con el viento,
excepto para traerte borracha en su regazo
con su silbido solitario en una madrugada cualquiera.
Medias de seda, zapatos de aguja como el rencor
y la calle, a unos pocos pasos, que te espera.