Yo me declaro poseedor de la tierra
-y de los sueños-,
de la que fluye tu nocturnidad impenitente;
Me declaro hombre perdido
entre las finas hebras de tu pelo negro,
y en los rincones de tu sonrisa indolente;
Yo me declaro insolvente de amores
y carcelero de tu tiempo;
Me declaro anacoreta perenne e inquisidor
certero de tu piel morena y silente;
Me declaro perseguidor compulsivo
y conocedor exhaustivo de tus besos,
que añoro con ansia, en el relicario de mi mente;
Yo me declaro señor imperial de tus ojos
y rey adjunto de tus senos;
Y me declaro joven e impulsivo loco,
y más viejo, cuando siento que estoy tan lejos
de ti siempre.
Me declaro ganador de las mil batallas
que sufrimos,
y trofeo de guerra rodado entre tus dedos;
Yo me declaro perseverancia y olvido,
y me declaro, por ti, memoria y simiente.
Me declaro obrero leal de tu torso,
bebedor empedernido de tu aliento
y músico virtuoso de tu cintura hirviente;
Bailador en el aire de tus pasos descalzos,
equilibrista sonámbulo cuando te duermes
y escultor de tu cuerpo si cuando es la noche,
te declaro el amor y tu consientes.
Yo, me declaro poeta roto y torturado,
por ser culpable, tan solo, de quererte.
Yo me declaro fiel lectora de tus palabras...
ResponderEliminarPrecioso poema al amor.
Abrazo,Vega Pasión.
Fantastica declaración,
ResponderEliminarSalvo por el ultimo parrafo, nadie puede ser culpable por amar. Estariamos todos condenados.
Saludos.
Con todo respeto, "yo me declaro enamorada de este poema".
ResponderEliminarHermoso querido colega de letras y espacios... .
Un fuerte abrazo,
Caro
Ya te lo he dicho, pero lo repito, esta poesia esta hecha con sangre enamorada, de otra manera es imposible hilar tantos eslabones divinos.
ResponderEliminarMi preferida, creo, entre todas las que te he leido.