Prefiero amarte como el mar ama a lo peces
dejando discurrir libre la sal por tus vías
para ver como te deslizas y te sumerges
por el caudal rugiente de la sangre mía.
Y mirar tus ojos como cristales relucientes
de un tren que nunca tuvo anden de salida
en el que no hubiera pasajeros impacientes
por dejar atrás una lágrima en la despedida.
Prefiero que sean las horas indiferentes
como trozos de hielo en una bebida
y saborear tu alegría efervescente
sólo con los labios, como yo querría.
Y que fueran tus manos flores durmientes
pintadas con los colores de la luz del día
para imitarlas con mis pobres pinceles
y dibujar tus manos, sólo con las mías.
Prefiero amarte como el mar ama a lo peces,
cuando se desangran en plata, en una ría.
dejando discurrir libre la sal por tus vías
para ver como te deslizas y te sumerges
por el caudal rugiente de la sangre mía.
Y mirar tus ojos como cristales relucientes
de un tren que nunca tuvo anden de salida
en el que no hubiera pasajeros impacientes
por dejar atrás una lágrima en la despedida.
Prefiero que sean las horas indiferentes
como trozos de hielo en una bebida
y saborear tu alegría efervescente
sólo con los labios, como yo querría.
Y que fueran tus manos flores durmientes
pintadas con los colores de la luz del día
para imitarlas con mis pobres pinceles
y dibujar tus manos, sólo con las mías.
Prefiero amarte como el mar ama a lo peces,
cuando se desangran en plata, en una ría.
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